Fue cura de Segura de Toro, Provisor y Vicario General de la Diócesis de Plasencia
Nace en Plasencia, hijo de Juan de Oliva y de María Gutiérrez
Nace en Plasencia, hijo de Mateo de Oliva y de María López
Nace en Aldeacentenera, hijo de Juan José Olivas y de Ana Gutiérrez
Nace en Ceclavín
Fundada por Joaquina de Vedruna en Vic, rápidamente se extendió por toda Cataluña, abriendo numerosas casas para el cuidado de los enfermos y para ayudar y cuidar a los que sufrían pobreza y falta de educación. Encontró su inspiración en el misterio de la Santísima Trinidad y los rasgos distintivos de su espiritualidad fueron el amor a la oración, la abnegación, el desprendimiento, la humildad y el amor a los demás.
Su aprobación pontificia definitiva fue concedida el 14 de septiembre de 1860 por el Papa Pio IX
Santa Beatriz de Silva es la fundadora de la Orden de la Inmaculada Concepción, también conocida como Concepcionistas Franciscanas. A ella se le conoce como la mujer del rostro velado. Su vida se manifiesta como la mujer del silencio, ya que no se conserva ningún manuscrito de ella.
En 1484 junto con otras doce religiosas se funda en el Palacio de la Galiana, en Toledo, con la aprobación de las constituciones.
Posteriormente el papa Inocencio VIII en1489 con la bula Inter Universa aprueba la fundación de la orden. Su fundación fue para honrar e imitar la Concepción Inmaculada de María. Las Concepcionistas son monjas de estricta clausura (clausura papal), dedicadas a la oración contemplativa. Su hábito consta de una túnica y escapulario blancos, toca, medallón en el pecho con la imagen de la Madre de Dios comúnmente, velo negro y capa azul
Fundada por San Juan de Mata, con Regla propia aprobada por Inocencio III el 17 de diciembre de 1198, por medio de la bula Operante divine dispositionis. Desde los orígenes se ha considerado a San Félix de Valois, ermitaño en los bosques de la diócesis de Meaux, cofundador de la Orden. Es también la primera Orden religiosa no monástica y una de las principales órdenes religiosas que se extendieron por España y Europa durante la Baja Edad Media.
La Orden trinitaria se extendió, entre 1198 y 1314, desde el norte de Francia hacia el sur y, siguiendo la margen occidental del Mediterráneo, se expandió hacia los reinos españoles de Castilla y Aragón, según se iba reconquistando el territorio del sur, ocupado por los musulmanes. Hacia el norte de Francia los trinitarios se expandieron por las islas británicas.
Durante el siglo XVI se van adoptando en la Orden diversas medidas disciplinares y legislativas con la intención de dar vida a los deseos de reforma de algunos trinitarios, cuyo ápice se encontrará la reforma de Juan Bautista de la Concepción, que originará la Orden de los Trinitarios Descalzos, primero constituida en provincia autónoma respecto al ministro general francés y más tarde en una Orden religiosa independiente con su propio gobierno y organización.
Independientes la una de la otra, la Orden Trinitaria calzada y la descalza, continuarían su proceso de expansión y realizarían distintas redenciones de cautivos.
En el capítulo General celebrado en Roma en el 1900, se dio la unificación de las dos familias trinitarias, en una única Orden, retomando el nombre de Orden de la Santísima Trinidad y quitando los viejos apellidos de descalzos. El primer ministro general de la unificación fue el religioso italiano Gregorio de Jesús y María
A raíz del Concilio Vaticano II se pone en marcha una renovación para adaptarse a las directrices de este.
La patrona principal de la Orden es desde tiempo inmemorial Nuestra Señora del Remedio (también llamada de los Remedios y del Buen Remedio). Fue San Juan XXIII quien confirmó en 1959 el patronazgo para toda la Orden y Familia Trinitaria.
Durante los siglos XV y XVI prácticamente todas las órdenes religiosas sufrieron un proceso de reforma para huir de la relajación de costumbres que se había instalado en la mayoría de conventos.
La reforma de la rama femenina de carmelitas fue inaugurada por la monja del convento abulense de la Encarnación, Teresa de Cepeda y Ahumada, que pasaría a la historia conocida como Santa Teresa de Jesús.
Este camino lo inició en 1560 y para ello contó con la ayuda de San Pedro de Alcántara, San Juan de Ávila o San Francisco de Borja.
En 1562 Teresa logra fundar el primer convento de su reforma, el de San José en Ávila, donde aplica la regla carmelita en su versión más primigenia. Así nace la primera casa de carmelitas descalzas, que recibe el visto bueno papal en 1575 con la bula Cum Nobis, pasando a formar parte oficialmente de la orden del Carmelo en 1577, al tiempo que recibe estatutos y ordenaciones propios. Las constituciones para las carmelitas descalzas serían redactadas por la propia Santa Teresa de Jesús, y aprobadas en 1581.
A la muerte de Santa Teresa ya habían sido fundados 17 conventos en España. El proceso de independencia culmina en 1593 cuando los descalzos se erigen como rama independiente de los carmelitas a partir de la bula de Clemente VIII de 20 de diciembre de 1593.
Los siglos XVII y XVIII supusieron la expansión por Europa de la reforma teresiana, fundándose en 1684 un cenobio en Lisboa, que sería el primer convento teresiano fundado fuera de España. A continuación fue fundado otra en Génova en 1690 y desde ahí la orden se extendió por Francia y Bélgica.
En el siglo XIX se redujeron el número de fundaciones y los bienes de los conventos de ambos sexos en España fueron desamortizados a partir de la legislación de la época, no obstante la orden no fue afectada por los procesos de exclaustración y a día de hoy sigue teniendo una gran presencia en España y el mundo.
A partir del Capítulo general de Toledo de 1588, de la Orden de San Agustín, se estableció que los monasterios de la orden que quisieran vivir una vida de mayor austeridad podían hacerlo, pero sin separarse formalmente de ella. Es decir, conservaron la autonomía pero bajo el gobierno del prior general de la orden. De ese modo dio inicio la Orden de los Agustinos Recoletos, que también llevó consigo a numerosos monasterios femeninos que querían vivir la recolección.
El movimiento de la recolección agustina femenina inició en diversas partes del mundo de manera independiente. Tres vertientes hubo al origen de la Orden de Monjas Agustinas Recoletas. La primera comenzó a partir de 1589, con la fundación del monasterio de Madrid, por parte de Alonso de Orozco. El segundo inició por obra de Agustín Antolínez y de Mariana de San José, cuando fundan el monasterio de Éibar, en España, y al que se integraron la mayoría de los monasterios recoletos españoles. La tercera vertiente nació en México, cuando se federaron diversos monasterios recoletos mexicanos a la cabeza del de Puebla de los Ángeles, fundado en 1688 por Manuel Fernández de Santa Cruz.
A pesar de la diversidad de origen de los monasterios recoletos, fueron unificados en una misma orden religiosa, bajo unas misma constituciones a partir de 1936, con la aprobación del Papa Pio XI aunque cada uno continúa manteniendo la autonomía característica de las órdenes de clausura
Surgió siguiendo el espíritu de San Jerónimo y Santa Paula, un grupo de ermitaños castellanos encabezados por Pedro Fernández Pecha y Fernando Yáñez de Figueroa, los cuales resolvieron sujetarse a vida cenobítica. Gregorio XI les concede esta gracia, aprobando la orden el 18 de octubre de 1373, les otorga la Regla de san Agustín, les permite que puedan hacer constituciones propias y que se llamen hermanos o ermitaños de San Jerónimo. Comienza la evolución por constituir en monacato regular lo que tan espontáneamente nacía al soplo del Espíritu Santo. Ya en 1415, fecha de la unión de la Orden, pueden contarse 25 monasterios. Siguen las fundaciones hasta llegar, en España, a 46 monasterios cuando llega la revolución liberal del siglo XIX.
La nefasta Desamortización de Mendizábal (1835) deja la Orden de San Jerónimo totalmente suprimida. Los 46 monasterios existentes, con los alrededor de mil monjes que en ellos residían, desaparecen. La suerte de estas casas fue muy diversa: las más acabaron en ruinas, otras fueron rescatados por la Iglesia o entregados a otras órdenes religiosas, otras quedaron convertidas en cualquier cosa: fábrica de cerveza, cebadero de cerdos, fincas de recreo…
Hay dos intentos de restauración, uno en El Escorial (1854) y otro en Guadalupe (1884), por monjes exclaustrados, pero que no llegaron a cuajar.
Existían monasterios jerónimos en Portugal, pero en aquella misma época también a ellos les afectó otra exclaustración en 1834. Traspasado el umbral del siglo XX se proyectan otros intentos con muy buena voluntad, pero de poca o casi ninguna consistencia.
Junto a los Jerónimos, surgen las monjas Jerónimas. Todo un linaje de claras y virtuosas mujeres que siguen sus huellas, como en otro tiempo las santas Paula y Eustoquia siguen a Jerónimo. Esta rama comienza en Toledo. Un grupo de mujeres de santa vida, entre las que destacan María García y Mayor Gómez, empiezan ejercitándose en obras de humildad y caridad y, por fin, se retiran a una casa de su propiedad para consagrar sus vida a Dios en oración y penitencia. Alma de esta floración es fray Pedro Fernández Pecha que en 1374 fundaba el Monasterio de Santa María de La Sisla en las proximidades de la ciudad. Este primer brote dio origen al Monasterio de San Pablo de “beatas de San Jerónimo”, como se las comenzó a llamar. Se mantienen con gran fama de observancia y santidad y se propagan por distintos lugares de España.
El 10 de agosto de 1218, san Pedro Nolasco fundó en Barcelona la Orden de la Virgen María de la Merced de la redención de los cautivos, con la participación del rey Jaime de Aragón y ante el obispo de la ciudad, Berenguer de Palou.
Por la confirmación del Papa Gregorio IX, el 17 de enero de 1235, la Iglesia testificó la acción del Espíritu Santo en la fundación de la Orden; la ratificó en la práctica de la regla de San Agustín; le dio carácter universal incorporándola plenamente a su vida y sancionó su obra como misión en el pueblo de Dios.
Entre 1776 y mediados del s. XIX se producen las últimas redenciones de cautivos,11 por lo que desde ese momento se hace necesario redefinir las funciones de la Orden. Así, desde la restauración de la Orden en 1880 por el Maestro General P. Pedro Armengol Valenzuela, se produjo una reflexión para profundizar en cuál debía ser la tarea de los mercedarios en los nuevos tiempos.
A partir de ahí, abren colegios y se establecen misiones. Destaca también su presencia en las guerras de los Grandes Lagos Africanos
En las Constituciones de la Orden, en vigor, de 1986 se definen sus actividades
Nace en Salamanca, hijo de Francisco Ordóñez y de Francisca Matute
Nace en Orellana la Vieja, hijo de Marcos Orellana y de María Durán
Nace en Castañar de Ibor, hijo de Tomás Orellana y de Teresa Rodas
Nace en Trujillo, hijo de Fernando José de Orellana y de Jerónima Torres
Nace en Don Benito, hijo de Juan de Orellana
Nace en Serradilla, hijo de Benito Orozco y de Antonia Campomanes
Nace en Miajadas, hijo de Bartolomé Cano Ortega y de María Rosa Dávila
Nace en Peraleda de la Mata, hijo de Francisco Ortega Morgado y de María Jiménez
Nace en Cáceres, hijo de Francisco Ortiz Gómez y de Josefa Abasolo
Nace en Plasencia, hijo de Aureliano Ortiz y de Tomasa Encabo
Nace en Don Benito, hijo de Gregorio Ortiz y Agustina Fernández
Nace en Brozas
Nace en Don Benito, hijo de Juan Ortiz García y de Gertrudis Martín Benítez
Nace en Zorita, hijo de Juan de la Peña y de Francisca Grande
Nace en Montehermoso
Nace en Casatejada, hijo de Pascual Ovejero e Isabel Almaraz
Nace en Plasencia, hijo de Santiago Ovejero y de Ramona Granado
Nace en Casatejada, hijo de Pedro Ovejero y María Luengo
Nace en Madroñera, bautizado el 10 de julio de 1869, hijo de Jerónimo Pablo y de Isidra Navareño, fue párroco de la Parroquia de Santiago Apóstol de Don Benito
Fue el trigésimo noveno Obispo de Plasencia desde el 18 de julio de 1633 hasta el cinco de octubre de 1639, también lo fue de Cádiz, además de Predicador General, Definidor y Visitador General de la Orden de San Benito y Abad General de varios conventos
Nace en Zorita, hijo de Juan Padilla y de María Broncano
Nace en Zorita, hijo de Pedro Martín Padilla y de María Robledo
Nace en Mirabel, hijo de Francisco Páez y de Ana Grande
Nace en Don Benito, hijo de Vicente Pajares de Leiva y de Carmen Álvarez
Nace en Don Benito, hijo de Manuel Pajares y de Engracia Morcillo
Nace en Jaraicejo, hijo de Juan Pajares Muñana y de Olalla Valero
Nace en Don Benito, hijo de Juan Pajuelo y de María Sánchez
Nace en Trujillo, hijo de Juan Palacios y de Regina Uceda
Nace en Hervás, hijo de Francisco Palacios y de Antonia González
Nace en Malpartida de Plasencia, hijo de Juan Palacios y de Inés Hernández
Nace en Aldeacentenera, hijo de Juan Palacios y de Leonarda Jácome
Nace en Aldeanueva de la Vera, hijo de Pedro Palacios y María Parrón
Nombrado Dean por letras apostólicas del Papa pio XII del 6 de mayo de 1947, tomo posesión en el cabildo extraordinario del 3 de julio de 1947
Nace en Trujillo, hijo de Martín Palomero Dávila y de Catalina González
Nace en Trujillo, hijo de Martín Palomero Dávila y de Catalina González
Nace en Badajoz, hijo de Manuel Palomo y de María González
Nace en Deleitosa, hijo de Pedro Palomo y de Josefa Parra
Nace en Tejeda, hijo de Julián Paniagua y de Justa Silos