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ES-10148-AHDP-AUT-19813 · Corporate body · 133? / 1848

Era regentado por la Justicia y Regidores de la Ciudad de Plasencia y dirigido por la Cofradía de la Merced. Luis de Toro dice que fue fundado entre los años 1332 y 1336 por el Chantre Juan Simón.
En el siglo XVI recibió notables donaciones que hicieron que se ampliara notablemente, siendo las más importantes las de Pedro Rodríguez de Cepeda y Teresa Rodríguez Yanguas, que llegaron a refundarlo y construir un nuevo edificio. Aunque, a principios del siglo XVIII tuvo que cerrar temporalmente por su mala administración hasta 1708, cuando se volvió a abrir gracias al Regidor Alonso del Barco.
Se extinguió como hospital en el año 1848, pasando sus bienes al hospital de Santa María.
La iglesia del hospital se construyó por mandato de Juan Gómez, el cual se enterró en esta iglesia, al cerrarse esta institución se trasladó su sepulcro al patio del palacio del Obispo de Plasencia, y en la actualidad se encuentra en el claustro de la Catedral de Plasencia.
La Desamortización de Mendizábal puso fin a la vida de este hospital y pasa a ser de propiedad municipal.
Después de extinguirse como hospital se le dieron diversos usos, entre ellos fue Cuartel de la Guardia Civil, Cocina Económica, (de caridad), Juzgado, Escuelas Nacionales, Almacenes del Ayuntamiento, y por último su parte baja se ha convertido en un Parking, y la parte alta en diversos usos.

ES-10148-AHDP-AUT-24843 · Corporate body · 1550-03-25 / 1846

Este hospital fue fundado en 1550 mediante testamento de Beatriz de Trejo, viuda de Francisco de Valencia. El cual había dejado en su testamento todos sus bienes a su mujer en régimen de usufructo vitalicio, debiendo pasar a ser utilizados tras la muerte de ella para la construcción de un hospital. Beatriz de Trejo fundó el hospital en su propio testamento, pero quiso verlo construido en vida, para lo cual aportó sus propios bienes y ordenó estrictamente que las rentas no se incorporaran a ningún otro sitio.
Nombró patronos a los regidores y justicia de la ciudad de Plasencia.
También decidió en uno de los codicilos de su testamento que se uniera al hospital la enfermería de los franciscanos, que quiso que se levantara al lado de la capilla del hospital. Dicha enfermería fundada en 1558, destinada a los franciscanos descalzos de la zona, provocó que en 1641 los monjes abandonaran su convento de San Miguel de la Florida, situado a las afueras de la ciudad, y fundaran junto al hospital y la enfermería el nuevo convento de San Miguel.
En la Guerra de Independencia, el hospital pasó a ser el cuartel del regimiento local, al haber sido destruido su cuartel original por los invasores franceses.​ Sin embargo, la decadencia final del edificio se produjo durante la primera guerra carlista: en 1836 fue desamortizado y dividido en varias parcelas y en 1837 fue parcialmente destruido por los cristinos para reparar la muralla de la ciudad con sus piedras.
Aunque se mantuvo activo hasta 1846, fecha de sus últimas cuentas, Madoz señala en su diccionario que se hallaba arruinado.
Tras su destrucción en el siglo XIX, el complejo formado por el hospital y el convento fue parcelado y se dedicó a funciones muy diversas.
Hoy en día solamente se mantiene en pie, y muy transformada, la iglesia del complejo; en la cual se ha instalado una franquicia de restauración.

ES-10148-AHDP-AUT-24858 · Corporate body · 1556 / ~

El convento de las Capuchinas fue construido a finales del siglo XVI por testamento del regidor Juan Rodríguez Cano y su mujer Beatriz de Contreras. Rodríguez Cano había adquirido una gran fortuna como indiano, y contaba que en su viaje de retorno a Europa se había salvado de una peligrosa tormenta gracias a una imagen de la Virgen de Copacabana que traía en el barco, por lo cual decidió fundar un templo en el que albergar esta imagen

El fundador del convento murió con herederos menores de muy corta edad, por lo que no pudo cederse a una orden religiosa hasta 1635, cuando su nieto Juan de Nebrija y Cano gestionó los trámites para su apertura. El convento se cedió a la Orden de Clarisas Capuchinas y en 1636 llegaron las primeras ocho monjas de clausura, procedentes del convento que esta orden tenía en Madrid.
Existe riesgo de desaparición de la comunidad capuchina por falta de vocaciones: en setiembre de 2015, las monjas abandonaron su convento placentino para trasladarse a Granada, aunque regresaron en febrero de 2016

ES-10148-AHDP-AUT-77216 · Corporate body

Su iglesia fue construido originalmente en los siglos XIV-XV en un estilo gótico mudéjar, aunque ha sido reformado a lo largo del tiempo. Está declarado Bien de Interés Cultural desde 1976.

ES-10148-AHDP-AUT-95435 · Corporate body · 1574-09-06 / 1836

El Padre de la Cueva, sacerdote trujillano y don Francisco Sánchez, son los que consiguieron que se construyera el convento para Religiosas de la Orden Clarisas Descalzas de la 1ª Regla de Santa Clara, Orden fundada por Francisco de Asís. Ellos iniciaron las trámites en Madrid, donde se desplazó el Padre Cuevas para proponer la fundación al Padre Comisario de la Orden de Clarisas Descalzas de la 1ª Regla de Santa Clara y en principio obtiene la aprobación necesaria, subordinándola al visto bueno de la Superiora del Convento de las Descalzas de Princesa, casa Madre de la Orden, las cuales no pusieron ningún impedimento.
Inauguraron con la colaboración de dos hermanas beatas de Plasencia que se instalaron inicialmente en unas casas colindantes que habían donado unas devotas. Pronto dejarían atrás las penurias económicas debido a la gran devoción que levantó en Trujillo este convento. El Obispo de Plasencia Martín de Córdoba y Mendoza dio licencia el 18 de agosto de 1574 para levantar en nuevo edificio.
Entraron a vivir junto con nobles doncellas en su nuevo alojamiento el 8 de septiembre de 1574, bendiciéndose el 29 de ese mismo mes bajo la advocación de San Antonio de Padua. El templo tardó dieciséis años más en ser finalizado.
La fecha de fundación es del 6 de septiembre de 1574 por el Obispo de Plasencia Martín de Córdoba y Mendoza y para ello se trasladaron religiosas de las Descalzas Reales de Madrid.
A partir de 1629 que se instala el convento de la merced ocurren problemas de convivencia entre las dos comunidades.
Contaron con donaciones de Ana de Austria y Felipe II, Felipe III, Felipe IV, el concejo trujillano y el obispo placentino entre otros.
Se destruyó parte del convento durante la invasión francesa, pero a pesar de la belicosidad nunca estuvo cerrado, pues algunas monjas se negaron a abandonarlo.
Por el clima de antirreligioso que se respiraba a consecuencia de la proliferación de la masonería y los decretos de Mendizábal tuvieron que partir las religiosas a cobijarse en el convento de Santa Clara de la misma ciudad.
El inmueble fue vendido por vía judicial y actualmente se encuentra un establecimiento hotelero en sus instalaciones después de su rehabilitación

ES-10148-AHDP-AUT-98547 · Corporate body · 1493 / ~

Este convento habitado por monjas de clausura de la Tercera Orden Regular Franciscana está situado en la calle San Pedro en un edificio antiguo del año 1493, que entonces se llamó de San Pedro y Santa Isabel.
La fundación se hace bajo la advocación de San Pedro a finales del siglo XV. Existen diferentes fuentes que dan como benefactor de la fundación a García Sánchez, párroco de Santa María la Mayor, quien legaba en su testamento de 1493 una cantidad como renta anual y terrenos en una dehesa cercana al pueblo, o a la propia reina Isabel I, y después a su nieto Carlos I, quienes iban haciendo donaciones tanto anuales como de forma puntual para ayudar económicamente a la comunidad de religiosas.
Ya en el siglo siguiente, concretamente en 1528, el convento sufre un incendio que obligó a hacer una casi completa reconstrucción. Aprovecharían esta obra para ampliar la casa, ampliación que se haría entre 1581 y 1585.
En el siglo XIX vuelven a darse algunos episodios que afectan a la comunidad. Durante la Guerra de Independencia el edificio resulta dañado. También la desamortización de Mendizábal de 1835 tocaría a esta comunidad que perdería parte de su patrimonio. A finales del mismo siglo XIX logran recuperarse y volver a restaurar las partes dañadas del convento.
A pesar de los contratiempos, el convento de San Pedro ha logrado mantenerse hasta la actualidad. Subsisten gracias a sus reconocidos trabajos de confección y bordados tanto por encargo como para grandes comercios a nivel nacional.